El gas mostaza fue una de las armas más destructivas durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, una exposición casual a este agente químico, marcó el inicio de una nueva era en la lucha contra el cáncer.
A pesar de su nombre, el gas mostaza o la mostaza sulfurada; es un líquido. Se lanzaba, dentro de proyectiles de artillería contra el enemigo , sembrando el campo de batalla de una sustancia oleosa y pegajosa (parecida al jerez). Se evaporaba lentamente sin necesidad de luz solar.
El gas mostaza es una sustancia altamente vesicante, es decir, produce ampollas, ulceración y grandes quemaduras. Sus efectos son devastadores: al ser inhalado irrita la mucosa de la tráquea que puede sufrir desgarros y afectar a los bronquios y pulmones. En los ojos produce un cuadro de conjuntivitis aguda dificultando la visión, incluso llevando a la ceguera.
Los efectos del gas mostaza dejaron en el campo de batalla una imagen dantesca:
«los soldados muestran grandes ampollas color mostaza, ojos que no ven, cerrados y pegados. Siempre luchando por respirar. Sus voces son un mero susurro, saben que sus gargantas se cierran y que van a asfixiarse».
Era un espectáculo frecuente ver líneas de soldados ciegos, con la mano sobre el hombro del hombre que lo precedía, guiados por un vidente hasta la enfermería.
Las secuelas fueron tan devastadoras, que después de la Primera Guerra Mundial la Convención de Ginebra de 1925, prohibió el uso de este tipo de armas químicas en los enfrentamientos bélicos.
Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial los dos bandos decidieron «tenerlo cerca», por si el enemigo decidía utilizarlo primero. Esta situación desencadenó un fatal accidente.
El 2 de diciembre de 1943 un buque de la armada de EEUU, el SS John Harvey, permanecía atracado en el puerto de Bari (Italia) con un cargamento secreto almacenado en sus bodegas: 100 toneladas de gas mostaza. Ese mismo día el ejército nazi lanzó un ataque aéreo matando a más de 1.000 personas, y hundiendo 17 barcos, uno de ellos el Harvey, que tras incendiarse liberó su carga letal al mar, provocando una enorme nube tóxica.
El médico estadounidense Stewart F. Alexander fue enviado a Bari para estudiar las consecuencias de la tragedia. Las autopsias realizadas a las víctimas revelaron que el gas mostaza había atacado preferentemente la médula ósea y destruido las células blancas de la sangre. En su informe, Alexander indicó que si el gas mostaza afectaba a los leucocitos, éste, de alguna forma podría ser benéfico para el tratamiento de pacientes con leucemia.
La idea de utilizar derivados del gas mostaza, para tratar enfermedades neoplásicas, ya había sido considerada en 1942. En la universidad de Yale, los farmacólogos Louis S. Goodman y Alfred Gilman consiguieron aislar extractos del gas mostaza (clormetina, Mustargen). Encontraron que éstos brindaban un beneficio temporal a pacientes con linfoma de Hodgkin (y de otros tipos), así como en la leucemia. Este trabajo permaneció «aparcado» hasta el incidente con gas mostaza que atrajo de nuevo la atención de la comunidad médica. Tras el suceso de Bari se reforzó la hipótesis de que el efecto del gas mostaza en los glóbulos sanguíneos podría tener utilidad terapéutica. Este sería el inicio de la era de la quimioterapia antineoplásica.
En 1946 se publicaron los resultados. Las nuevas investigaciones acerca de las mostazas nitrogenadas, dieron lugar a la síntesis de los primeros agentes alquilantes como la mecloretamina.
Fuentes consultadas.-
- http://mar-palabrasilencio.blogspot.com.es/2014/02/gas-mostaza.html
- http://www.medigraphic.com/pdfs/patrevlat/rlp-2013/rlp131l.pdf
- http://naukas.com/2014/06/17/quimioterapia-frente-al-cancer-los-origenes/
- http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=9583%3A2014-birth-of-cancer-chemotherapy-accident-and-research&catid=6601%3Acase-studies&Itemid=40275&lang=es
- http://helid.digicollection.org/es/d/Js8249s/13.2.3.1.html
Excelente artículo, el del gas mostaza
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Muchas gracias Mario.
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Excelente aporte
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Es una pena enorme, que el avance de la medicina, en este caso el fatal y despiadado gas mostaza, que se vea su avance de esta manera, todos los químicos fuera de las guerras, todas las guerras fuera del mundo,
excelente articulo.
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Tenía un profesor de biología que nos decía que las guerras suponían la mejor época de avances médicos.
Lo del gas mostaza y su relación con la quimioterapia, simplemente, me ha encantado.
¡Gracias!
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Excelente labor !!! El artículo, la investigación y la redacción. Saludos.
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No tenía idea de la utilización del gas mostaza para tratar la cura del cancer,me enteré en un programa de tv.y busque en google,muy interesante !!!
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