La pandemia de gripe de 1918 se llevó más vidas que la peste en la Edad Media o la Primera Guerra Mundial. Se contagiaron 500 millones de personas y murieron entre 50 a 100 millones en tan solo año.
Fue conocida como Gripe Española, a pesar de que esta no era su procedencia
Se la llamó así debido a que España fue de los primeros países en hablar abiertamente sobre la epidemia. Cada día, la prensa española informaba sobre el alarmante número de víctimas mientras que en el resto de los países se censuraba la noticia.
El mundo estaba librando otra batalla, la Primera Guerra Mundial, y no interesaba publicar nada que pudiera mermar el ánimo de los soldados en sus trincheras.
La mayoría de las muertes, en un primer brote, se dió entre los soldados
Todo comenzó el 11 de marzo de 1918 en la base militar de Fort Riley, en Funston (Kansas). Aquel día, el soldado de cocina Albert Gitchell comenzó a sentirse mal. Presentaba fiebre, tos y dolor de cabeza. Acudió a la enfermería donde fue tratado de lo que parecía ser una simple gripe. Su malestar no le impidió servir el desayuno y la comida a compañeros y oficiales. Esa misma noche, se registraron 107 casos similares en el cuartel, al final de la semana 522 jóvenes presentaban los mismos síntomas. Dos días después el soldado Gitchell fallecía.
En abril, el ejército estadounidense desembarcó en Europa diseminando el virus por todos los rincones del continente.

Durante la Primera Guerra Mundial, soldados de diferentes países del mundo marchaban a los campos de batalla. Al regresar a sus casas, lo hacían infectados, diseminando el virus por todos los rincones del planeta.
La guerra pasó a un segundo plano. Comenzaba una nueva lucha, esta vez contra un enemigo de proporciones microscópicas.

La gripe fue devastadora para ambos bandos. Mató a más hombres que sus propias armas.
La neumonía más cruel que jamás se haya visto
La gripe no era nada nuevo, pero esta cepa (H1N1) no se comportaba de modo habitual. En lugar de afectar a niños y ancianos, se mostraba especialmente virulenta en jóvenes y adultos sanos. Los expertos creen que el virus de 1918 desencadenó una reacción excesiva del sistema inmunitario, lo que se conoce como una tormenta de citocinas.
Tras iniciarse con los síntomas típicos, como fiebre alta y cansancio, pasaba a los pulmones desencadenando una tos persistente seguida de esputos sanguinolentos. El rostro se volvía azul por momentos y en menos de 48 horas muchos de los afectados morían ahogados en su propia sangre.
El único medio de luchar contra ella era evitando el contagio
En aquella época, la vacuna contra la gripe no se había desarrollado y el único medio de combatir la enfermedad era evitar el contagio.
Se pegaron carteles informativos por las ciudades que aconsejaban (incluso en algunos estados estaba prohibido) estornudar, toser o sonarse la nariz en público.
El miedo al contagio sembró el pánico. Se prohibieron las concentraciones numerosas, se cerraron escuelas, tiendas, bares e iglesias.

Un joven se fotografía frente al teatro de Seattle. El cartel informa que permanecerá cerrado, como medida preventiva, ante la gran epidemia de gripe.

Antes del cierre definitivo de cines y teatros o circos, era obligatorio asistir a las representaciones con máscaras protectoras.

Los funerales se limitaron tan sólo a 15 minutos y había escasez de ataúdes y sepultureros.
En España, se aprobaron varias leyes especiales al respecto:
Se ordenó que los cadáveres fueran enterrados lo antes posible, sin las largas ceremonias habituales, incluso en algunas aldeas se prohibió el repique de campanas que anunciaban el toque de difuntos (que cada vez era mayor), para evitar el pánico y la desmoralización de los habitantes.
Los ciudadanos vivían el día a día atrincherados detrás de una mascarilla de tela o algodón
Para evitar el contagio, las personas sanas salían a la calle cubriendo la nariz y la boca con una mascarilla quirúrgica que proporcionaba una falsa sensación de seguridad.
Las crónicas de la época cuentan cómo cuatro mujeres se reunieron en plena oleada de gripe para jugar al bridge en Albuquerque, a pesar de que usaron (prudentemente) máscaras de tela de seis capas, tres de ellas estaban muertas al día siguiente.
El estornudo de una persona infectada crea un rocío fino, con más de medio millón de partículas de un virus, que puede vivir durante un tiempo en cualquier superficie donde se asiente. Por este motivo, es muy importante lavarse las manos (principal vehículo de transmisión).

Se negó la entrada en tranvías y autobuses, así como acudir oficinas y otros lugares públicos, a las personas sin máscara protectora.
Barrenderos, policías, carteros, telefonistas, incluyeron como parte de su uniforme las mascarillas quirúrgicas
Mientras que los negocios se sacaban a la calle para evitar los lugares cerrados y concurridos

Una barbería al aire libre
Los servicios médicos se vieron desbordados
La gran epidemia no tardó en alcanzar a médicos, enfermeros y personal sanitario. Estudiantes y voluntarios intentaron suplir a los profesionales, haciendo lo que posible por los enfermos.
Para evitar el contagio, en ocasiones, la población recurrió a métodos extraños y poco ortodoxos.
Los remedios caseros consistían en rellenar la nariz con sal, comer cebollas y hacer gárgaras con una mezcla de bicarbonato de sodio y ácido bórico varias veces al día.

Comer naranjas tres veces al día

Hacer gárgaras en la oficina, mientras las trabajadoras eran fumigadas con un desinfectante

Incluso, algunas compañías hicieron su agosto vendiendo todo tipo de artilugios inútiles
La pandemia de gripe de 1918 duró sólo un año y terminó tan súbitamente como había comenzado.
Históricamente sabemos que se repiten cada 20-25 años. Es muy posible que mute y aparezca de nuevo una cepa extremadamente virulenta.
No hay que preguntarse si va a haber una próxima, sino… cuándo sucederá y si estaremos preparados para luchar contra ella.
Fuentes consultadas (entre otras).-
https://www.theatlantic.com/photo/2018/04/the-1918-flu-pandemic-photos-from-a-century-ago/557663/
Genial este post…. y profético también, felicitaciones!
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Así es, nunca pensé que se pudiera volver a repetir, pero lo estamos viviendo en estos momentos. He pensado en compartirlo de nuevo. Tal vez lo haga.
Gracias Juan Eric por tu comentario. ¡Saludos!
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CHINOS CULPABLES
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Muy buen artículo, muy completo. Sirve para conocer de la historia, y hacer lo posible por aprender de ella, frente a lo que estamos enfrentando hoy en día en 2020.
Felicitaciones!!!
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MUITO BOM, ESSA MATERIA, INFORMATIVA, ADOREI
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